Quien fuera aquel, al que llegase el verso
tan preñado de alabanza colorida;
quien tuviese el puñal del alma herida
para volver a mostrarlo al universo,
para mostrarme de ese amor converso
tan lleno de pasiones que seria,
la mas bella y mejor filosofía
para unir con mis labios lo disperso.
Si en su boca un Eres tú, me deslizara
por la tarde con el Sol calmo de ardores,
en mi pecho cantarían ruiseñores.
Si en la noche cuando ya tranquilo duermo
aparece un Eres TÚ, con mil amores,
es seguro que se acaban mis dolores.
Emilio.
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